Ajustar los efectos de la inflación en el gasto real será, al menos, una manera de demostrar que la educación es una prioridad para el Gobierno de Sinaloa y será el primer paso para avanzar hacia un presupuesto suficiente que permita resolver todas las necesidades del sistema educativo estatal.
¿El proyecto de Presupuesto de Egresos 2022, que será discutido y aprobado en el Congreso de Sinaloa, será suficiente para resolver todas las necesidades del sistema educativo estatal?
De acuerdo con un análisis del documento que el Ejecutivo entregó a la cámara local, del total de los más de 58 mil millones de pesos que se propone que sean destinados al egreso estatal, casi la mitad, el 47.9%, se destinará a educación.
El 33.2% del origen de estos recursos provendrá de financiamiento estatal, y el restante 66.8% de la Federación.
Al analizar este presupuesto en términos reales, considerando la inflación que, tan sólo hasta octubre, alcanzaba los 6.24 puntos (Banco de México, 2021), se detecta un decremento presupuestal para la educación sinaloense.
Por ejemplo, en el Ramo 33, la principal asignación de recursos federales a la educación en Sinaloa aparentemente tendría un 5.2% más de recursos comparando con 2021.
Sin embargo, calculando en términos reales con la inflación, se obtiene que, al contrario, se estaría produciendo un déficit de 1.04 puntos porcentuales.
Otro ejemplo es el monto asignado por el Gobierno del Estado a uniformes y útiles escolares, el cual recibe un total de 320 millones de pesos, mismos montos que desde el año 2019.
Al considerar la inflación acumulada, faltaría asignar 39 millones de pesos extra para que el monto presupuestado para el 2022 tenga el mismo valor que tuvo en el año 2019.
En cuanto al gasto por estudiante, en Sinaloa se gastan 33 mil 100 pesos por cada alumno inscrito en escuelas públicas al año, considerando todo el gasto proyectado para el 2022 en educación básica y media superior y el tamaño de la matrícula del ciclo escolar en curso.
El equivalente en dólares es de mil 556 dólares por estudiante. Esta cifra representaría 87% menos que el gasto promedio por alumno en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, según informa su publicación Education At a Glance 2021.