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Aprendizaje socioemocional, una puerta a la transformación educativa: Unesco

El organismo diseña un modelo para generar oportunidades de aprendizaje socioemocional en el aula, la escuela, el territorio y el sistema educativo en su conjunto

Uno de los propósitos más profundos del aprendizaje es el despliegue completo del ser humano en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y sus compromisos, expone el informe Aprender a ser de la Unesco, sin embargo, se requiere para ello la transformación de la educación y una puerta de acceso para lograr ese objetivo es el aprendizaje socioemocional.

A través del documento Transformar-nos: Marco para la transformación educativa basado en el aprendizaje socioemocional en América Latina, la Unesco plantea un modelo para generar oportunidades de aprendizaje socioemocional en cuatro escenarios: el aula, la escuela, el territorio y el sistema educativo en su conjunto.

Además, presenta los factores de apropiación de dicho aprendizaje y detalla escenarios de despliegue para el aprendizaje socioemocional, tales como las prácticas pedagógicas y formativas, de bienestar y formación de equipos, organización y cultura de espacios educativos, marco curricular, de comunidad y redes.

“La evidencia muestra que cuando el aprendizaje socioemocional en programas educativos formales y no formales es desarrollado de forma integral y extensa, puede guiar el acto educativo y a las instituciones hacia la transformación de los procesos de aprendizaje y de las relaciones a nivel de aula”, destaca.

Esto impulsa ambientes nutritivos y propicios para el aprendizaje, el desarrollo de habilidades sociales, el fortalecimiento de las trayectorias vitales, formativas e identitarias, el mejoramiento de los indicadores de desarrollo integral, el cultivo de un sentimiento de pertenencia a una humanidad común y de actitudes de solidaridad hacia otros, agrega el documento.

Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe, expone que Transformar-nos busca contribuir con orientaciones para un marco de referencia que aborde las necesidades socioeducativas y potenciar las acciones de reactivación y recuperación educativa dentro de los países de la región.

La investigación que da pie a este documento destaca que en los programas en que las y los educadores y los equipos desarrollan su propio aprendizaje socioemocional, mejoran sus capacidades de enseñanza y sus relaciones con los jóvenes, son más respetuosos con la juventud, lo que permite consolidar ambientes y climas inclusivos y propicios para el aprendizaje para lograr así engarzar el aprender a ser con la construcción socioeducativa, con el cultivo de lo común en la diversidad y contribuir al aprender a vivir juntos.

“De esta manera se cultivan actitudes de comprensión del otro y de percepción de las formas de interdependencia, de respeto mutuo, de comunicación, de trabajo colaborativo y, sobre todo, del reconocimiento de la diversidad cultural”, expone.

Añade que en los programas en los que el aprendizaje socioemocional está en todos los espacios de la vida educativa y social, crean un lenguaje y visión común en torno al desarrollo integral de las y los jóvenes y de sus contextos, y contribuyen de forma importante al aprender a vivir juntos en la naturaleza.

Esto ayuda a cultivar un sentido de responsabilidad colectiva, un pensamiento ético sistémico, una mayor conciencia sobre los bienes comunes, con respeto y cuidado por la biodiversidad y profundiza el sentimiento de pertenencia a una humanidad-planeta común, asegura.

“Las investigaciones revisadas para Transformar-nos alientan a pensar que una de las puertas de entrada para una transformación educativa basada en evidencia es el aprendizaje socioemocional”, reitera.

Si su acción es incorporada de forma transversal en la vida educativa tiene el potencial de reconectar la educación actual con propósitos más profundos del aprendizaje.

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