Aunque la prueba PISA no es una solución definitiva para los problemas educativos del país, es una herramienta vital que impulsa la mejora continua al proporcionar evidencia crucial para el monitoreo y seguimiento del progreso educativo, destacó Ángel Leyva Murguía.
Por ello, el Director de Investigación en Mexicanos Primero Sinaloa manifestó que es importante que el gobierno de México asuma los compromisos para la aplicación de esta prueba en 2025, como lo solicitan organizaciones y ciudadanos en una carta dirigida a Presidencia y a la Secretaría de Educación Pública.
“La falta de comunicación oficial y la urgencia de que México cumpla con los requisitos necesarios en los plazos establecidos ponen en riesgo la continuidad de 25 años de participación en esta evaluación. Este escenario amenaza con privar al país de una herramienta fundamental para el mejoramiento del sistema educativo”, expuso.
La prueba PISA es una evaluación estandarizada desarrollada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Esta prueba, está dirigida a estudiantes de 15 años, evalúa matemáticas, lectura y ciencias, y más que limitarse a un currículo específico, mide habilidades y competencias necesarias para la vida.
“Los resultados de esta prueba han mostrado la grave crisis de aprendizaje en la que se encuentra el país. Ejemplo de esto fue la última evaluación en 2022, en la que nos posicionamos en el lugar 51 de 81 países evaluados y 71 puntos por debajo del promedio de la OCDE”, indicó Leyva Murguía.
El Director de Investigación en MPS agregó que la importancia de PISA radica en su capacidad para identificar las fortalezas y áreas de oportunidad dentro del sistema educativo.
“Conocer el estado de la educación en otros países ayuda a que puedan tomarse decisiones de política educativa más informadas, conocer aquellos aspectos que funcionan y los que no, así como aprender sobre los retos y dificultades que enfrentan los estudiantes en distintas partes del mundo”, explicó.
Aclaró que, aunque PISA no es una solución única para todos los problemas educativos de México, es un instrumento que promueve la mejora continua al proporcionar evidencia para monitorear y seguir el progreso educativo.
Leyva Murguía subrayó que todavía hay tiempo para que México participe en la edición de PISA 2025, lo cual proporcionaría información valiosa, oportuna y pertinente para mejorar el sistema educativo.
No hacerlo significaría navegar hacia lo desconocido, desorientados y aislados, sin la capacidad de corregir y avanzar hacia una educación equitativa, incluyente y de calidad, a la que los estudiantes tienen derecho, advirtió.