Opinión
Uno de los conceptos claves para la mejora educativa a nivel internacional es la idea de hacerlo continuamente. Esto es lo que, por ejemplo, se espera de los estudiantes. Que después de un resultado insatisfactorio, perseveren, aprendan de sus aciertos y errores para que la próxima vez lo hagan mejor. Estando ya a diez días de esta etapa introductoria, de reconexión entre estudiantes, maestros y familias, una de las preguntas más importantes que debemos responder es ¿cómo podemos mejorar la estrategia para garantizar a las y los estudiantes en Sinaloa la mejor oportunidad educativa posible en tiempos de una emergencia tan extraordinaria la que se vive?
Primero, es importante recalcar el punto: esta emergencia nos pone en una encrucijada para la que no hay recetas mágicas ni planes infalibles. Por lo tanto, cualquier plan que diga ser perfecto realmente sólo será un plan que no considera la profundidad y complejidad de las variables que están en juego. Sólo el diálogo directo y constante con los afectados directos por la crisis y la capacidad de generar y analizar concienzudamente evidencia respecto a los resultados reales de las acciones implementadas van a permitir lo único que las autoridades educativas locales o federales realmente pudieran prometer sin caer en una falacia: mejorar continuamente la respuesta frente a la pandemia.
Sabemos que en este reinicio del ciclo escolar a distancia hay mucho en juego. Confluimos con la Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa respecto a que, en estas primeras semanas, el gran enemigo a vencer es el abandono escolar.
Estudios a nivel internacional han explicado el impacto que cierres escolares prolongados -producidos por guerras u otras pandemias anteriores- tienen en la interrupción de las trayectorias educativas en otros países, sobre todo de niñas y mujeres jóvenes. También sobra evidencia respecto a las condiciones sociales y económicas que impiden a niñas y niños enfocarse en aprender cuando deben asumir responsabilidades laborales para ayudar a sus familias. El aspecto socioemocional y la frustración por malos resultados de aprendizaje típicamente son buenas fuentes de explicación para entender el abandono escolar. Pero en esta ocasión, estamos frente a una amenaza que nos pone muchas más trampas. Y ganar esa batalla, una de tantas en esta confrontación contra la pandemia, no será tarea fácil.
Frente a problemas inéditos, soluciones inéditas. Si no existe tal cosa como una receta importable desde algún otro estado en el país, o desde alguna de las naciones típicamente referidas a nivel internacional cuando se buscan ejemplos de sistemas educativos exitosos con los cuales orientar nuestro trabajo, entonces ¿de dónde sacamos ideas que funcionen en nuestro contexto? Nuestra apuesta ha sido clara. Debemos hablar, comunicarnos y colaborar directamente con las familias, con los estudiantes, con docentes y directivos. Es decir, con todos los agentes educativos que protagonizan día a día esta versión etérea, gaseosa (no se toca, pero no por ello no existe) de las escuelas.
Desde el semestre pasado, Mexicanos Primero Sinaloa ha entablado comunicación directa con estos actores, sistematizando sus testimonios para darles valor como información utilizable con fines investigativos. Hemos tomado esa información como base para generar evidencia respecto a cómo ha vivido Sinaloa la jornada de educación a distancia durante el último trimestre del año escolar pasado. Y en ese esfuerzo, hemos aprendido día a día, de docentes, familias y estudiantes quienes hacen frente a la incertidumbre y el miedo con mucha comunicación, colaboración y amplio sentido de responsabilidad. Y también, que la respuesta está lejos de ser perfecta y que son aún varios los aspectos en los que se puede y se debe mejorar.
Hoy estaremos iniciando una campaña digital para dar a conocer algunas de las historias más relevantes respecto a los aprendizajes de la primera etapa de educación a distancia en Sinaloa que son importantes para poder mejorar en esta nueva experiencia que nos toca vivir. Y también, presentando un reporte más completo que explica con mucho más detalle la valoración que docentes y familias hicieron de sus experiencias durante la educación a distancia del año anterior. Esperamos esta información sea de interés de todas las personas de alguna manera afectadas por esta situación tan desafiante.
Cada padre, madre, tutor, familiar, docente, directivo, o funcionario del sistema educativo en el estado, podrá encontrar en este reporte y en estas historias, referencias con las cuales podrá comparar su propia experiencia. Y por qué no, quizás también algunas nuevas ideas respecto a cómo mejorar la forma en la que nos adaptamos a nuevamente a la escuela a distancia. Para todas y todos, mucho ánimo y esperanza. Aunque sea vía remota, no hay otro mejor lugar para que niñas, niños y jóvenes estén, aprendan y participen que en nuestras escuelas. No las abandonemos.
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Ángel Leyva