Opinión
El 2021 ha sido el primer año en el que hemos convivido con la pandemia de principio a fin. Así, enero 2021 comenzaba con todas las escuelas en Sinaloa cerradas y termina una parte importante de ellas aún en esa situación. Pero también, ha sido un año de renovación, con cambios de gobierno en el estado, en los municipios y con una nueva Legislatura en el Congreso, lo cual representa una nueva oportunidad para avanzar en la garantía del derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes.
Aunque quizás no las vemos ni sentimos en el día a día, al recorrer las calles de la ciudad o al realizar los trámites de nuestra vida cotidiana, lo cierto es que las consecuencias negativas de este prolongado periodo de interrupción en las trayectorias educativas son muy reales.
Aumentará el abandono escolar, cuestión de la que nos daremos cuenta cuando ya todos hayan regresado a una escuela de manera presencial. Crecerán los niveles de pobreza educativa que ya señalaban evaluaciones de aprendizajes de UNESCO aplicadas antes de la pandemia en el País, y que muestran que seis de cada 10 estudiantes de primaria no logra los aprendizajes mínimos ni en lectura ni en matemáticas. Y con ello, arriesgamos el presente y futuro de toda una generación.
Lo que advertimos como una catástrofe educativa durante todo el 2021 solo puede combatirse regresando a la escuela. Esto fue lo que propusimos en el mes de febrero, cuando llamamos a regresar a las escuelas de manera urgente, a través de la estrategia de regreso presencial de baja intensidad llamada Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA).
La estrategia de CCA permitió abrir la ruta para el regreso presencial desde el mes de mayo, meses antes del anuncio del Gobierno federal que invitaba al regreso presencial para comienzo del ciclo escolar 2021-2022. Y ayudó a abrir una ruta y desarrollar una fórmula para atender de manera presencial a los estudiantes con las mayores necesidades.
Aunque lejos de ser definitivo, un posible impacto de la estrategia fue que de los 127 mil estudiantes que proyectamos en posible riesgo de abandono, datos del mes de octubre de SEPyC informaron un total de 53 mil 127 alumnos habrían interrumpido su trayectoria educativa. Lo cual demuestra el poder de ofrecer apoyo de manera presencial en atajar la problemática del abandono.
Para capturar los principales aprendizajes de esta nueva modalidad educativa, realizamos la investigación “Regreso, Escuela y Esperanza: Experiencias en los Centros Comunitarios de Aprendizaje en Sinaloa”. Gracias a ella aprendimos que para el escenario post-pandemia hay factores que serán cruciales, tales como la importancia de la educación socioemocional y el rol de liderazgo en las comunidades educativas que tienen directoras y directores.
Además de ofrecer una ruta de acción ante posibles nuevos cierres escolares, la estrategia de los CCA brinda un protocolo de acción que permitirá resolver dicho escenario de manera mucho más efectiva. Esta práctica impulsada por Mexicanos Primero Sinaloa además ha sido recogida en publicaciones de la Universidad de Harvard y de UNESCO, gozando de difusión internacional por su carácter innovador para enfrentar la pandemia.
Por otra parte, para apoyar a las comunidades educativas en cómo tomar la decisión de regresar, en conjunto con la red de capítulos de Mexicanos Primero creamos el Índice de Regreso, plataforma digital construida con datos públicos que permite informar respecto a la urgencia educativa y el nivel de oportunidad para regresar a clases que tienen más de 140 mil escuelas en el País.
Pero aún falta camino por recorrer para que vuelvan todas y todos. El dedo no debe salir del renglón respecto a que lo más importante es garantizar un regreso seguro a la escuela. Pues sólo allí se encuentra una forma real de revertir los problemas descritos en esta columna. Sobre todo, para quienes durante esta prolongada crisis han sido los más marginados.
Por ello, para el 2022 permaneceremos activos en nuestra tarea de analizar y proponer alternativas de política educativa que permitan garantizar el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en Sinaloa. La aprobación del presupuesto 2022 demuestra que será un año de cinturón apretado, por lo tanto, utilizar cada peso de la manera más eficaz será de vital importancia. Las prioridades son claras: infraestructura escolar, capacitación de los maestros, programas para atender a las poblaciones de mayor marginación y primera infancia, donde la tarea principal es avanzar en la implementación de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia, que tuvo un piloto en el que pudimos acompañar a funcionarios públicos de manera exitosa. Nuestro anhelo es que trabajando juntos como sociedad, podamos tener un mejor año en materia educativa. Que así sea.