El ejercicio de evaluación diagnóstica realizada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) durante el ciclo escolar anterior sirve para constatar una realidad ineludible. El sistema educativo en Sinaloa está viviendo una crisis de aprendizaje que no puede ni debe seguir siendo ignorada.

A través del reporte Crisis de Aprendizajes en la Educación Básica de Sinaloa, Mexicanos Primero Sinaloa confirma una hipótesis planteada desde hace prácticamente un año atrás. Dicho en simple, lo que se revela es que los años de pandemia tuvieron efectos nocivos en el aprendizaje de un grupo importante de estudiantes. Y que asistir a la escuela pública en el estado no es sinónimo de aprender.

Los bajos niveles de logro que alumnos de cuarto y quinto de primaria (hoy quinto y sexto) tuvieron en lectura, así como los malos resultados en matemáticas hacia el tercer grado de secundaria, ponen de manifiesto que el sistema educativo está fallando en su cometido más esencial: garantizar una trayectoria de aprendizaje sólida y progresiva.

Es crucial comprender que la educación no es una línea de producción donde el mero paso por etapas sucesivas asegura un producto final de calidad. La trayectoria de aprendizaje debe ser vista como una escalera cuyos peldaños, construidos a partir del conocimiento y la comprensión, deben estar bien cimentados para permitir el ascenso al siguiente nivel. Sinaloa, en este momento crítico, está enfrentando la dura realidad de que muchos de sus estudiantes no cuentan con una base firme en su educación.

Frente a este escenario, es necesaria una estrategia diferenciada y focalizada que contemple las necesidades específicas de los estudiantes. Que pueda involucrar a las familias en el proceso de fortalecimiento de la lectura. Que utilice herramientas prácticas de impacto probado como las pedagogías estructuradas para resolver los desafíos de aprendizaje en matemáticas. Pero nada de ello ocurrirá por azar. Se necesita un liderazgo por parte de la autoridad educativa local que hasta ahora no se ha visto.

Por supuesto, la crisis revelada a través de estos datos va mucho más allá del aprendizaje de matemáticas y lectura. Otro aspecto fundamental que requiere atención es la salud socioemocional de los estudiantes, un factor que ha cobrado especial relevancia en el contexto de la pospandemia y que influye directamente en el proceso de aprendizaje. Estudios como Equidad y Regreso o Aprender Para Estar Bien, Estar Bien Para Aprender demuestran que en el país existe una gran necesidad de atender a esta dimensión.

La insistencia de Mexicanos Primero Sinaloa en mirar a esta crisis de frente no es una crítica política camuflada a ningún régimen político ni un ataque a la autoridad de turno. Sino una afirmación inspirada en criterios técnicos serios y responsables. Es producto de una labor sostenida y rigurosa como centro de investigación educativa. Y es fruto de un compromiso con el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes que trasciende los límites de un gobierno o de otro. Es hora de que Sinaloa exija una educación a la altura de sus esperanzas para el futuro.