Opinión
El problema entre SEPyC y la sección 27 del SNTE sigue extendiéndose, propiciando hasta la fecha, dos paros laborales En este conflicto político, quienes pierden son los estudiantes. En ninguna circunstancia el derecho a aprender debe ser violentado. Siempre debe existir el diálogo, el consenso y el entendimiento de las partes para lograr la transformación educativa.
Habría entonces que preguntarnos las razones por las cuales el SNTE decidió llegar a estos paros laborales y contrastarlo con los argumentos de la propia secretaría. Evidentemente hay un conflicto político. Este problema fue profundizándose al concluir las elecciones sindicales en la sección 27. Los docentes señalan que debido a la afinidad de la administración actual con las planillas que perdieron se decidió otorgarles puestos en la administración educativa local. Las diferencias internas propiciaron que se desconociera la figura del SNTE como principal instancia para defender los derechos de los maestros. Algunos lo han considerado como revanchismo político.
De acuerdo con la secretaria de educación en la conferencia del 10 de marzo, la intención del gobierno es no dejarle al SNTE la tarea de velar por la política laboral. Afirma que estaban acostumbrados a que las áreas educativas atendieran únicamente sus trámites. Además, planteó que la SEPyC debe estar abierta para todos, sin excepción y con la apertura al diálogo para llegar a acuerdos. Esto en el discurso suena bien. La rectoría de la educación pertenece al Estado y son los principales responsables por velar por el derecho a aprender. Sin embargo, ¿Quién garantizaría que se atenderán a todos los docentes cuando hay un conflicto político interno? ¿Bajo qué criterios se tomarían las decisiones? ¿Esto significa arrebatar el poder para dárselo a otros que no tienen la legitimidad sindical? No se puede regresar a los tiempos de colonización del SNTE, pero tampoco, a un Estado autoritario que toma las decisiones verticalmente y sin respetar a todos los actores educativos que participan en democracia.
En SEPyC aseguran que es importante escuchar el sentir de las comunidades escolares. Sin embargo, esto no sucedió cuando decidieron imponer a personal sin el perfil suficiente en la jefatura de departamento de preescolar, esto a pesar de las quejas de docentes y directivos, recordemos que esto se convirtió en una nota nacional. La autoridad educativa ha impulsado nombramientos que no consideran si las personas seleccionadas para desempeñar los cargos serán legitimadas por la base docente e ignoran factores importantes como la experiencia en los niveles y las áreas específicas que deben atender.
Esta narrativa de buscar los consensos que enuncia la SEPyC quizá se sostiene para algunos, pero no para todos. La manifestación de los maestros de educación física es uno de los ejemplos más trascendentes. En este caso, durante el ciclo 2021-2022 y por necesidades del servicio, se crearon 24 supervisiones las cuales se entregaron con nombramientos de forma temporal, sin clave y sin cobrar por el puesto. Aun así, el jefe de departamento de esta área desconoció a los encargados, los ignoró por meses y desde la secretaría dejaron sin efecto sus adscripciones. Aunque en las mesas de negociación que se tuvo con la autoridad educativa se les aseguró que no se tomarían acciones sobre el tema hasta resolverlo, les removieron los apoyos y les asignaron nuevas claves de centro de trabajo sin avisarles.
La SEPyC señala que su intención es eliminar los vicios en la estructura en el cual el sindicato es resistente, sobre todo en cuestiones relacionadas con la asignación de plazas, horas adicionales, movilidad de maestros, entre otros. Existe un claro consenso respecto a la importancia de erradicar las irregularidades e inconsistencias del sistema educativo. Sin embargo, nuevamente, pareciera que es una justificación del discurso más allá de la realidad. Si esta medida estuviera sustentada en los hechos no tendríamos que estar reflexionando sobre ¿Por qué persiste la opacidad en el otorgamiento de horas y plazas ¿Por qué no existen listas de prelación públicas que permitan conocer la posición de cada docente en las evaluaciones? ¿Por qué se dejaron de invitar a las figuras de observadores ciudadanos para que participaran en los procesos de entrega de plazas?
En la SEPyC también se señala que no hay fundamentos laborales debido a la inexistencia de un pliego petitorio del SNTE. Si esto es cierto, el SNTE está omitiendo un punto trascendental, ¿acaso hay algo que no se le está diciendo a sus agremiados? Todavía hay maestros que desconocen las razones del paro. Todo debe ser transparente si realmente se busca un entendimiento del problema y las formas de darle solución.
No obstante, el negar que existen problemas laborales también es irresponsable por parte de la SEPyC. ¿Qué sucedió con el caso de los profesores de educación física? ¿Qué pasa con aquellos docentes que les han impedido participar en los concursos de promoción por problemas administrativos de la estructura? ¿Por qué hay maestros que señalan que se les eliminaron sus códigos, bonificaciones e incluso se les cambió su zona pagadora? ¿Qué pasa con los afectados que dicen llevar meses sin recibir su pago? ¿Por qué hay docentes que se manifiestan por acoso y hostigamiento laboral por parte de los departamentos? ¿Por qué hay casos donde no se respeta el derecho de prórroga para los interinatos? ¿ya se resolvió el problema que vienen arrastrando los ATP desde hace años?
La SEPyC ha querido minimizar la situación señalando que al paro se unieron solo 702 planteles, sin embargo, el SNTE anunció que fueron 2,628 escuelas. Este no es momento de culpar al SNTE de los vicios que se cometieron por muchos años y que son inadmisibles en estos tiempos ya que la autoridad educativa no ha mostrado un verdadero cambio. Deben asumir el compromiso con la educación de los estudiantes, dejar las cosas claras y ser lo que realmente dicen ser en su discurso. Porque no es solamente el SNTE 27, recientemente se han visto las primeras manifestaciones de la sección 53 y otros grupos inconformes.
Aunado a lo anterior, la SEPYC no sólo ha sido cerrada para generar consensos con el SNTE, tampoco ha estado dispuesta a colaborar con otras organizaciones de sociedad civil, manteniéndose en el hermetismo. Sin duda, se visualizan días difíciles para el sistema educativo. Es urgente resolver este asunto en respeto a la legalidad y los marcos normativos vigentes, porque la crisis educativa que desde MPS hemos venido anunciado seguirá creciendo, y en este conflicto de adultos son los niños quienes pierden.