Opinión
Esta semana, desde Mexicanos Primero Sinaloa hemos hecho un nuevo llamado a las autoridades a no dejar pasar más tiempo para organizar un regreso seguro y gradual a las escuelas. Es prácticamente una repetición de lo que hacíamos casi hace un año atrás, al llamar a la reapertura mediante el mecanismo de los Centros Comunitarios de Aprendizaje.
En aquel entonces, ya teníamos razones para sospechar la interrupción de las trayectorias educativas de más de 120 mil personas entre 3 y 24 años en el estado. Cifra que, según datos entregados por la Secretaría de Educación Pública y Cultura del estado de Sinaloa, la apertura de las escuelas como Centros Comunitarios de Aprendizaje permitió disminuir a aproximadamente un tercio de lo esperado.
Durante mucho tiempo, el camino de exigir el regreso a la escuela se sintió solitario. Pero al investigar la realidad de los Centros Comunitarios de Aprendizaje, pudimos ser testigos de que las ganas de regresar eran fuertes no sólo en los estudiantes, sino también en docentes y directivos. Desde Mexicanos Primero Sinaloa recabamos testimonios que creemos deben ser escuchados y ser ejemplo para que ojalá cada vez sean más las escuelas dispuestas a reabrir sus puertas.
La maestra Berenice nos dice que hay “mucha necesidad de que los alumnos tengan actividad presencial, ya que hay casos especiales, carencias en la comunidad para llevar a cabo el trabajo en línea de la mejor manera, el contexto no es el mejor para el trabajo a distancia debido a que es una comunidad alejada, casi no hay señal porque está en un cerro, no hay internet y los padres carecen de recursos para gastar en saldo diario, tienen un solo dispositivo o no lo tienen”.
La maestra Tania nos lo confirma, señalando que “es complicado para los padres de familia o tutores pagar o recargar internet en sus celulares, porque no cuentan con otro tipo de dispositivo como computadoras o laptops. Uno de los grandes retos es el alejamiento de las comunidades, ya que no hay buena recepción de señal para los celulares”.
Pero el regreso a la escuela no sólo tiene que ver con superar estas carencias materiales. También se trata de reconectar con necesidades humanas fundamentales. El maestro Óscar nos dice que “todos necesitamos el vínculo humano, con personas, maestros, profesores, compañeros, amigos. No somos exclusivamente seres individuales, somos también seres sociales, que necesitan integrarse”.
Y junto a la recuperación de dicho vínculo, tenemos al frente la oportunidad de cambiar y de adecuarnos a las nuevas circunstancias. En palabras del maestro Espiridión, se trata de aprender a “adaptarnos a esta nueva normalidad, ir perdiendo ese miedo poco a poco, siempre teniendo las medidas sanitarias y de higiene, y lo más importante es tener la actitud”.
El reencuentro además permite atender de mejor manera a las necesidades de los estudiantes. Para el maestro Cristian “uno de los principales retos es la falta de conocimientos previos de los alumnos. El trabajo escolar se inició con los antecedentes de las clases en línea y trajo un desequilibrio en la aplicación de los contenidos programáticos, por lo cual la metodología curricular tuvo que sufrir cambios adaptándonos a la situación inmediata que se vive en el contexto escolar”.
En la mirada de estos docentes hay muchísimos otros elementos en común. Para ellos, volver a la escuela es posible y necesario. Para ello, coinciden en la importancia de seguir apegándose de manera estricta a los protocolos de salud implementados hasta el momento; manteniendo siempre un alto nivel de comunicación y coordinación con las familias y velando porque todas las escuelas que lo necesiten reciban mejoras a su infraestructura. Desde su voz es posible.
Te invitamos a conocer más sobre estos Testimonios del Regreso de maestras y maestros en Sinaloa en www.mexicanosprimerosinaloa.org