Opinión
La semana pasada en este mismo espacio se describieron algunos avances en la agenda de primera infancia en Sinaloa. Esto ha sido posible gracias a un trabajado coordinado de múltiples dependencias de gobierno, al nivel estatal y municipal. Y también gracias al impecable trabajo del Pacto por la Primera Infancia, que logró subir el tema al listado de prioridades del gobernador Rocha Moya en un momento clave. Ahora bien, es importante levantar la cabeza para ver el largo trecho que queda por construir y recorrer. Citando a Machado, caminante no hay camino, se hace camino al andar.
En este sentido, la principal prioridad del gobierno debiera estar en liderar la construcción de un verdadero plan estratégico a mediano y largo plazo, para la agenda de primera infancia. Sostenemos esto puesto que al mirar al Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 el tema de la atención a este grupo social sólo es mencionado en seis ocasiones, de forma general y superficial.
En la primera mención, se aborda el tema como un asunto de atención a la familia y los grupos vulnerables. Se argumenta, textualmente, la importancia de atender integralmente a niños en la primera infancia porque es “el periodo donde resulta decisivo garantizar el pleno desarrollo físico, cognitivo, lingüístico y socioafectivo de las y los niños”. La segunda mención es en el apartado de la política de prevención social, apoyo y protección jurídica para el pleno bienestar de la primera infancia y la adolescencia. Posteriormente, el concepto vuelve a salir en apartado de “Derechos humanos y justicia social”, específicamente en la importancia de un registro oportuno de nacimientos, como parte de la garantía del derecho a la identidad. Acto seguido se hace referencia a que centros de atención infantil deberán cumplir con la normativa de protección civil. Y por último, el texto sostiene que se promoverán los derechos humanos de la primera infancia.
Afortunadamente, todo lo que se menciona en el PED 2022-27 en materia de primera infancia se incluye en la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), que actualmente se implementa en Sinaloa. Estrategia que, por cierto, no aparece en ninguna sola ocasión mencionada en el PED. Acá otro punto a corregir: para que la ENAPI se consolide a largo plazo, es importante avanzar en darle cada vez mayores certezas en los marcos jurídicos, presupuestales y de coordinación institucional. Una gran oportunidad para hacer esto será a través de los planes sectoriales, que aún están pendientes de publicar.
Centrando la atención únicamente en la cuestión de la atención educativa a niñas y niños entre cero y seis años, la elaboración del plan sectorial educativo se vuelve un asunto de vital importancia. Esto debido a que el PED no incluye ninguna alusión a este asunto. Acá la oportunidad está en poder estructurar acciones y programas que generen condiciones necesarias para brindar a niñas y niños la oportunidad de un desarrollo infantil integral.
En este periodo de edad, se construyen las bases del desarrollo cognitivo, físico y emocional de la vida adulta. A pesar de los beneficios que genera una buena educación en edad temprana, los niveles de educación inicial y preescolar son los que menor atención y recursos reciben en México. Desde la reforma a la Constitución del año 2019, la educación inicial se considera un derecho de niñas y niños. Y también se establece la obligatoriedad de la educación preescolar desde primero de kinder.
En Sinaloa hay 138,403 niñas y niños menores de tres años. De ellos, solo 8,286 (6%) recibieron educación inicial escolarizada durante el ciclo escolar 2020-21. En cuanto al nivel preescolar, al ciclo 2020-2021 se registraron 107,025 niñas y niños de 3 a 5 años en este nivel, lo que representa un 73% de cobertura. Sin embargo, la cobertura en primer grado es de sólo 28.5% para el ciclo 2021-2022. Esto significa que solo 3 de cada 10 niñas y niños de 3 años asiste al primer grado de preescolar en Sinaloa.
Mejorar en esto es posible. Sinaloa logró elevar la matrícula de estudiantes en primero de kínder a un ritmo de tres puntos porcentuales cada ciclo escolar, durante los últimos tres ciclos escolares. Esta es una meta que perfectamente podría formar parte del plan sectorial educativo del estado. Y contribuiría enormemente a dar un mejor comienzo a todas las niñas y niños.
Fortalecer los planes sectoriales es un primer paso estratégico hacia un compromiso sólido del gobernador Rocha Moya con la primera infancia. Otras oportunidades de analizar este asunto vendrán al abordar la discusión en materia de presupuesto. Pronto volveremos para seguir profundizando.