Opinión
El próximo viernes inician las campañas políticas, en las cuales se elegirán más de 20 mil cargos de elección popular, con un padrón aproximado de 90 millones de mexicanos. Para esto, se aumentaron 36.3% los recursos que las y los candidatos podrán utilizar en este proceso electoral, en comparación con 2018. Sin embargo, aunque nadie duda de la importancia de fortalecer la democracia para lograr mejores gobiernos que respondan a las demandas ciudadanas, hay una prioridad inaplazable e imprescindible que no se está considerando: La educación
Este año electoral es entonces una oportunidad de posicionar que el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes importa y no puede ser relegado, o ignorado bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, la baja relevancia que se le brinda a la educación se refleja en el estancamiento e incluso reducción de presupuesto en áreas estratégicas que impiden que las escuelas tengan lo mínimo indispensable para su funcionamiento.
Un rubro prioritario es la infraestructura, ya que es uno de los elementos que configuran la escuela como comunidad de aprendizaje y forma parte de las condiciones básicas para que ésta funcione aceptablemente. Además, estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la UNESCO muestran que una escuela donde se garantizan las condiciones básicas para el desarrollo de los alumnos puede mejorar tanto la cobertura, como los niveles de aprendizaje.
Mexicanos Primero Sinaloa ha señalado en distintas investigaciones las carencias que enfrentan los estudiantes de educación básica. Por ejemplo, en el año 2022 a través de una solicitud de acceso a la información respondida por la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC), se encontró que había numerosas escuelas en la entidad que carecían de condiciones de infraestructura y equipamiento dignos para aprender.
Los resultados que pueden encontrarse en el documento Condiciones dignas para aprender mostraron que existían 8.6% de escuelas sin electricidad, 20.3% sin agua potable, 19.5% sin lavamanos y 22.5% sin sanitarios. Asimismo, 61.3% de las escuelas no tenían bibliotecas y 19.5% carecían de áreas deportivas.
Otro aspecto que muestra que no se han garantizado las condiciones básicas, es lo referente al desarrollo profesional docente. A nivel nacional, a este rubro solamente se estaría destinando menos de 100 pesos para atender las necesidades de formación y actualización de los maestros, lo que a todas luces es insuficiente, sobre todo, cuando recientemente se impulsó un cambio en el marco curricular y los programas de estudio con la Nueva Escuela Mexicana.
Aunado a lo anterior, el presupuesto educativo destinado a las escuelas formadoras en Sinaloa se redujo por la inflación, limitando aún más la formación de los futuros maestros. Los docentes son los agentes principales para impulsar el derecho a la educación. No invertir en ellos es no invertir en el futuro.
Cuando se hable de gasto público, debe contemplarse que además de fortalecer la democracia, también existen necesidades importantes por atender. Al respecto, se requiere inversión que garantice las condiciones básicas que los alumnos necesitan. Desde la red Mexicanos Primero, seguiremos impulsado esta agenda, porque en estas campañas políticas la educación también necesita ser visibilizada y atendida como una prioridad si realmente aspiramos a la transformación y mejoramiento de la sociedad.