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Opinión

Regresar a las escuelas
03/Mar/2021
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Angel Leyva
Ángel Leyva
Director de investigación en Mexicanos Primero Sinaloa

El próximo 23 de marzo cumpliremos un año de que las escuelas en nuestro país fueron cerradas debido a la pandemia por COVID-19. Aunque a nivel nacional y local se hacen esfuerzos por llevar la educación de manera remota a los hogares, hasta el momento han sido insuficientes para garantizar a las niñas niños y jóvenes su derecho a aprender. Por tal motivo, las familias, docentes, directivos, así como actores políticos y sociales debemos apoyar el desarrollo de estrategias diferenciadas y complementarias que brinden oportunidades de atención presencial a los estudiantes que más lo necesitan. De no hacerlo, podría ser muy tarde para combatir los graves efectos de una catástrofe educativa.

A nivel internacional ya se están reabriendo las escuelas de acuerdo con sus características y contextos, y con esto no me refiero sólo a países desarrollados sino también nuestros vecinos del sur del continente como Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Bolivia. Y qué decir de otros estados como Jalisco que han comenzado a implementar grupos de seguimiento académico para ofrecer actividades presenciales de diagnóstico, retroalimentación y complemento a la evaluación. Debemos aprovechar que hay cuantiosos estudios y recomendaciones internacionales que nos permiten estar preparados y hacerlo de la mejor manera posible.

Es importante destacar que regresar a las escuelas no es lo mismo que regresar a clases, de lo que hablamos es que se requieren espacios seguros para que todos aquellos niños y jóvenes que carecen de los recursos y apoyos para aprender, se encuentren en situación de rezago o necesiten atención socioemocional, puedan hacerlo. Debemos entender y aprender que, en una sociedad tan desigual como la nuestra, las oportunidades para los que tienen las oportunidades y recursos, y los que no, son muy diferentes. Las niñas y niños con mayores carencias son los que enfrentan más riesgo de abandono escolar, pérdida de aprendizajes y afectaciones socioemocionales, por lo que ignorar esta situación, repercutirá gravemente en su futuro.

Los Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA) pueden ser una buena opción para brindar esta alternativa de apoyo y acompañamiento a los alumnos que más lo requieren. Además, estos serían voluntarios y responderían a las necesidades de las escuelas, apoyando a abatir el abandono escolar.

El funcionamiento de los CCA dependería en gran medida de que se cuente con un plan integral de regreso a la presencialidad acorde a los distintos contextos, que ponderen siempre la salud pero que ayuden a mitigar los riesgos que conllevarán a una probable crisis educativa. Este plan no debe ser improvisado ni impuesto, la autoridad educativa local debe anticiparse para contar con los recursos materiales, humanos e institucionales para que esto ocurra. 

En este sentido, la confianza, apoyo y participación de la comunidad escolar será indispensable. La magnitud del problema requiere el compromiso de múltiples actores e instituciones, tales como: el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), el Sistema Integral de Protección Integral de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), Centros de Salud y los Consejos de Participación Escolar, entre otros.

Los Consejos de Participación Escolar, por ejemplo, son mecanismo institucional establecido en la Ley General de Educación (LGE) con el propósito de fomentar el involucramiento de la sociedad en las actividades escolares. Si bien, su constitución en las escuelas es voluntaria, los consejos municipales y estatales son un posible mecanismo de organización ya establecido que pudiera facilitar la operación de los CCA.

Debemos tener claro que ninguna acción eliminará por completo el riesgo de transmisión de COVID-19, ya que aún hace falta tiempo para completar el proceso de vacunación. No obstante, la implementación de un plan integral de acción coordinado por la autoridad y apoyado por los docentes, familias, así como la sociedad en general puede reducir este riesgo y a la vez evitar sacrificar el derecho a aprender varias generaciones de niñas, niños y jóvenes.

Fuente: https://www.revistaespejo.com/reflexiones/regresar-a-las-escuelas/

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