A dos semanas del inicio del ciclo escolar, aún existe mucha incertidumbre respecto a las condiciones en que se encuentran las escuelas para recibir a maestros y estudiantes. El gran problema ha sido la generalización: ni todas las escuelas están completamente inhabilitadas y, por supuesto, no todas están en condiciones óptimas.

Por ello, será de vital importancia que la autoridad educativa local ofrezca un camino de reapertura escolar gradual, diferenciado y construido sobre una premisa base sencilla: cada escuela vive su propia realidad. El principal error sería esperar que todas llevasen a cabo el mismo plan, al mismo tiempo.

La oportunidad más inmediata, entonces, es partir por las escuelas que cuentan hoy con una mayor facilidad para abrir. Y en simultáneo, se deberá gestionar los recursos y apoyos que permitan abrir sus puertas a las escuelas que hoy no están en condiciones.

Para diferenciar este manejo, Mexicanos Primero pronto lanzará el Índice de Regreso, plataforma tecnológica que podrá decirle a todas las escuelas primarias y secundarias en el país qué tan necesaria y recomendable es la reapertura. Todo, mediante el uso de datos públicos que permiten visibilizar las diferencias entre las realidades que vive cada escuela.

La información de esta herramienta será fundamental para ganar la confianza necesaria para que el regreso funcione y permita brindar a niñas, niños y jóvenes en Sinaloa una oportunidad que necesitan más que nunca.

Dicha confianza quizás esté algo lesionada después de anuncios, como el de la carta responsiva que la SEP propuso como requisito para las familias que quieran enviar a sus hijos a la escuela.

Esa medida no reconoce que la principal manifestación de confianza será el hecho mismo de regresar a la escuela. E ignora que la principal responsiva debiera venir de parte del propio gobierno, a través de un compromiso de no dejar sola a ninguna escuela que necesite y esté dispuesta a regresar.

Recuperar las escuelas no será un asunto sencillo. A diferencia de otros países, México decidió no incluir paquetes de alivio económico para el sector educativo. La semana pasada comentamos esta estrechez presupuestal, que recientemente confirma además el gobernador Quirino Ordaz. No hay recursos en las arcas estatales para atender a todas las escuelas. Y del programa La Escuela Es Nuestra se sabe poco o nada.

Sin embargo, parte de esa confianza puede construirse a nivel local dando certeza, mediante una estrategia que le permita a cada escuela avanzar de la manera que le resulte más conveniente, permitiéndoles ejercer su autonomía, pero sin dejarlas solas.

En definitiva, se trata de un importante desafío de liderazgo para toda la estructura humana y técnica de la SEPyC, que deberá saber cómo acompañar a docentes, directivos y familias, en una nueva forma de vivir la educación presencial.

Superar esa prueba permitirá que las escuelas sean ambientes seguros para reparar el derecho a aprender de todos los estudiantes en Sinaloa.