La evaluación hecha a estudiantes de 15 años ofrece datos que sugieren la existencia de una crisis de estancamiento y deterioro en el sistema educativo, expone Mexicanos Primero Sinaloa
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, conocida como prueba PISA, y los resultados evidencian un retroceso en la educación en México, el cual se acentúa en las matemáticas y en estudiantes menos favorecidos.
Esta evaluación midió las competencias matemática, lectora y científica de 6 mil 288 estudiantes, en 280 escuelas, en representación de un millón 393 mil 700 estudiantes de 15 años, que representan el 64% del total de población de dicha edad en México.
Los resultados no son buenos
En matemáticas, los estudiantes mexicanos terminaron con un puntaje promedio de 395 puntos, para ubicarse por debajo de la barrera de los 400 puntos, lo que no ocurría desde 2003. Además, representa un retroceso respecto a los 409 puntos de la prueba PISA de 2018. El promedio de 23 países de la OCDE fue de 480 puntos.
En el análisis de los resultados de la prueba PISA, Gustavo Rojas Ayala, director general de MPS, expuso que en la caída de los aprendizajes en matemáticas, destaca el descenso general del nivel de logro a través de todos los segmentos socioeconómicos.
“Es de particular importancia que en esta asignatura el país no alcanza ni siquiera un 1% de estudiantes en el máximo nivel posible de logro (niveles 5 y 6). Una diferencia importante con el 9 por ciento de estudiantes en el máximo nivel en el promedio OCDE y nuevamente, lejísimos del 41% de estudiantes en dicho nivel en Singapur”, expresó.
En lectura, México obtuvo 415 puntos, que marca el cuarto retroceso consecutivo tras alcanzar 425 puntos en 2009. El promedio de la OCDE fue de 482.
Mientras que en ciencia, el país cerró con 410 puntos, el nivel más bajo desde la prueba PISA 2006 y 9 puntos menos que el máximo logrado en 2018.
Las condiciones socioeconómicas sí importan
Los resultados de esta evaluación confirman que las condiciones socioeconómicas de los estudiantes sí tiene relación con su nivel de desempeño en el aprendizaje, ya que los más desfavorecidos obtuvieron los resultados más bajos.
El reporte destaca que en México, el 27% de los estudiantes se encontraban en el quintil internacional inferior de la escala socioeconómica obtuvieron un puntaje promedio de 370 puntos en matemáticas, aunque estudiantes de Turquía y Vietnam con un socioeconómico similar obtuvieron puntuaciones significativamente más altas.
Un dato revelador es que en México el 25% de estudiantes de mayor nivel socioeconómico, obtuvieron un rendimiento superior de 58 puntos superior en promedio respecto al 25% de estudiantes de menor nivel socioeconómico.
Seguridad, un factor a tener en cuenta
En los sistemas educativos donde el rendimiento se mantuvo alto y el sentido de pertenencia de los estudiantes mejoró, los estudiantes tendieron a sentirse más seguros y menos expuestos al acoso y otros riesgos en su escuela, revelan los datos de PISA 2022.
En México, un 22% de los estudiantes declaró no sentirse a salvo en el trayecto hacia la escuela, poco menos del triple del promedio OCDE de 8%, y alrededor del 19% de las niñas y el 17% de los niños informaron haber sido víctimas de actos de acoso al menos unas cuantas veces al mes, además, el porcentaje de estudiantes que se reporta insatisfecho con su vida creció de 8% en el 2018 a 14% en el 2022.
Las oportunidades
En su análisis, Gustavo Rojas subrayó que existe una asociación positiva entre una mayor inversión y mayores niveles de aprendizaje.
Entre los países cuyo gasto acumulado por estudiante, durante todos los años de escuela primaria y secundaria entre las edades de 6 y 15 años, fue inferior a 75 mil dólares en 2019, un mayor gasto en educación se asoció con puntuaciones más altas en la prueba PISA de matemáticas
“En el caso de México, la inversión por estudiante en este segmento alcanza un acumulado de sólo 28 mil 990 dólares, lo cual genera espacio para imaginar un mayor crecimiento presupuestal”, manifestó Rojas Ayala.
La construcción de resiliencia en múltiples niveles del sistema educativo es una oportunidad de mejorar los bajos niveles de aprendizaje, sobre todo en matemáticas, porque sin un aprendizaje adecuado en esta competencia desaparecen muchas oportunidades individuales y colectivas, consideró.