Skip to content
Cómo garantizar el derecho a la educación desde la primera infancia en México

Cómo garantizar el derecho a la educación desde la primera infancia en México

El Estado debe priorizar la atención temprana, la inclusión y el aprendizaje efectivo para no dejar a nadie atrás

Cada 30 de abril, México celebra el Día de la Niñez con actividades festivas, regalos y mensajes sobre la importancia de cuidar a las infancias. Sin embargo, más allá de las celebraciones, esta fecha debe ser una oportunidad para reflexionar y actuar sobre los derechos fundamentales de niñas y niños, especialmente su derecho a una educación de calidad desde los primeros años de vida.

De acuerdo con el Estudio sobre el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México, publicado en marzo de 2025 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), persisten profundas brechas en el acceso, la calidad y la equidad educativa, desde la primera infancia hasta la educación básica.

Urge fortalecer la educación inicial

La etapa de la primera infancia, de los 0 a los 5 años, es crítica para el desarrollo integral. Durante estos años se establecen las bases neurológicas, cognitivas y emocionales que influirán en el bienestar presente y futuro de las niñas y niños, subraya el informe que cita a la UNESCO.

Sin embargo, en México la cobertura de la educación inicial, obligatoria desde 2019, sigue siendo extremadamente baja: solo el 3.4% de las niñas y niños menores de 3 años accedió a este servicio en el ciclo escolar 2022-2023.

El bajo acceso se debe, entre otros factores, a la falta de información pública sobre la oferta educativa, a la dispersión institucional de los centros de atención infantil y a una percepción generalizada entre cuidadores de que los menores son “muy pequeños” para aprender. Esto limita gravemente su derecho a experiencias educativas enriquecedoras desde los primeros años de vida.

Además, existen grandes desigualdades en el acceso a materiales educativos en el hogar: en 2022, apenas 3 de cada 10 niñas y niños menores de 5 años contaban con al menos tres libros infantiles, y 41.7% no tenía ninguno. Estas carencias se agravan en contextos de pobreza, donde las prácticas de crianza positiva también se ven limitadas por la falta de apoyo y formación a madres, padres y cuidadores.

En primaria, cobertura alta, pero con rezago persistente

A pesar de la alta tasa de escolarización en primaria (95.8%), más de 200 mil niñas y niños de 6 a 11 años no estaban inscritos en la escuela en el ciclo 2022-2023. El rezago educativo y la desafiliación escolar siguen afectando a miles de estudiantes, sobre todo a quienes no tuvieron acceso a la educación inicial o preescolar, lo cual impacta negativamente su rendimiento académico y su permanencia en el sistema.

Las consecuencias de la pandemia por COVID-19 siguen presentes. Muchas niñas y niños experimentaron dificultades emocionales, como estrés, tristeza o aislamiento, que afectaron su aprendizaje.

A esto se suma el aumento del trabajo infantil, que entre 2019 y 2022 creció en todos los grupos de edad: en el caso de los niños de 10 a 14 años, pasó de 10.9% a 13.5%, comprometiendo su derecho a la educación.

El derecho a la educación también enfrenta barreras para niñas y niños con discapacidad o que pertenecen a comunidades indígenas. En 2019-2020, solo 31.4% de estudiantes con discapacidad recibió atención especializada, y menos de una cuarta parte de las escuelas primarias contaba con infraestructura adaptada.

En las escuelas indígenas, la situación es aún más crítica: solo 2.1% disponía de materiales educativos adecuados para esta población.

Además, la falta de materiales en lenguas originarias y la escasa coincidencia entre la lengua del docente y la del alumnado dificultan el aprendizaje en contextos indígenas, lo que vulnera el derecho constitucional a una educación intercultural y bilingüe.

Acciones para garantizar el derecho a la educación desde la primera infancia

  • Expandir y fortalecer la educación inicial. Es urgente invertir en la creación y mejora de servicios de educación inicial, tanto escolarizados como no escolarizados, con enfoque en comunidades en situación de vulnerabilidad. También se requiere sensibilizar a las familias sobre la importancia de esta etapa.
  • Atender el rezago y prevenir la exclusión educativa. Se deben implementar programas de apoyo académico y emocional para estudiantes en riesgo de abandono escolar, así como garantizar trayectorias educativas continuas desde la educación inicial hasta la secundaria.
  • Promover una educación inclusiva e intercultural. El sistema educativo debe garantizar condiciones equitativas para niñas y niños con discapacidad y para quienes viven en contextos indígenas. Esto incluye infraestructura accesible, materiales adaptados y docentes capacitados y bilingües.

La educación no puede esperar. Cumplir con el derecho a una educación de calidad, inclusiva y equitativa desde la primera infancia no solo es un mandato constitucional, sino una inversión necesaria para el desarrollo social, económico y humano del país. Cerrar estas brechas es responsabilidad del Estado, pero también de toda la sociedad.

Fuente: Estudio sobre el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México del Coneval

Comparte:

Más notas

Los desafíos en la estructura curricular de la NEM

Los desafíos en la estructura curricular de la NEM

La investigación Voces desde el aula revela percepciones encontradas de docentes: algunos valoran la flexibilidad del nuevo modelo, mientras otros enfrentan confusión, burocracia y resistencia al trabajo colaborativo